El acceso al mundo laboral por parte de las personas con discapacidad se ve dificultado por diversos problemas, ya sea por transporte, acceso, infraestructura, entre otros. A esto hay que sumar la discriminación, debido a mitos sobre productividad, ausencia laboral, etc.
Según datos estadísticos de Sofofa, de 150 empresas encuestadas con un total de 124.580 trabajadores, tan sólo 605 son personas con discapacidad, correspondiente a un 0,5% del total de trabajadores. Un 88% de estas empresas contratan entre 1 a 5 personas con discapacidad, 5% contrata entre 6 a 10 y 7% más de 10.
Esto revela que las 150 empresas encuestadas de un registro de 5.000 organizaciones, el contrato de personas con discapacidad no alcanza a ser un 1% del total de trabajadores de cada institución.
Senadis realizó el Levantamiento de Inclusión Laboral en el Estado (LILE), con el fin de obtener cifras de las reparticiones públicas inclusivas, con lo que se piensa crear un plan de acción sobre las condiciones laborales de las personas con discapacidad en el sector público.
LILE es una encuesta online, enviada a los funcionarios de la administración central del Estado, siendo aplicada en 22 ministerios con un total de 17.000 trabajadores, donde los primeros datos revelaron que la prevalencia de discapacidad es de un 5,8%.
El trabajo es significativo para cada persona, cumple con satisfacer necesidades en la comunidad y como medida de sustento para cada uno. Todos debemos tener la misma oportunidad de encontrar y postular a un empleo que resguarde los derechos y deberes de cada trabajador. Hay que vencer miedos respecto a la contratación de las personas con discapacidad, y dar las mismas oportunidades, para que cada persona pueda satisfacer sus necesidades con compromiso y autonomía. Además de ver el empleo como forma de mejorar la calidad de vida, ayuda a disminuir la brecha de pobreza, mejora la estabilidad económica del grupo familiar.
Las cifras antes mencionadas sólo muestran las brechas que hay en materias de inclusión laboral. Aún hay muchas barreras que las empresas y la sociedad deben vencer, como las falta de experiencias inclusivas, miedo a no saber relacionarse o cometer algún error en el trato.
Hay que seguir luchando para que estas situaciones cambien, romper con los mitos y barreras que las empresas y el sector público consideren en materias laborales. Si bien hay barreras y brechas depende de cada uno de nosotros hacer valer nuestros derechos y formar a una sociedad cada vez más inclusiva.